A las 8:00 am., después del madrugón y 45' de viaje en coche desde Ansó, aparcamos en el final de la carretera del Valle de Aísa, y después de 10' de ascensión, vislumbramos por primera vez nuestro objetivo.
Después de una hora de fuerte subida, nos observan los dueños del territorio que nos acompañan en nuestro caminar.
Tras pasar la zona cárstica, contemplamos con agrado una de las especies botánicas mas en peligro de extinción del Pirineo, la llamada flor de nieve o edelweiss, declarada especie protegida,que en estas latitudes tenemos la suerte de ver y por supuesto de no coger.
Giramos la vista hacia atrás, y la mirada hacia el Valle de Aísa, nos recuerda el camino recorrido.
Tras unas tres horas de subida continua, llegamos a la cima del Aspe (2.645 m.), punta Esper en Ansó, y el punto geodésico nos muestra la gelidez del ambiente, por lo que tras las fotos de rigor, nos apresuramos a comenzar el descenso...
... si bien antes, no podemos dejar de deleitarnos la vista, con los impresionantes paisajes que hay nuestro alrededor:
Midi D'Ossau, Candanchú y Astún,
Canal Roya,
Arista de los "murciélagos", escalada clásica al Aspe.
Collarada e Ibón de Ip,
Peña Oroel,
e Ibon de Estanés.
Tras unas dos horas de descenso, volvemos al punto de partida, después de haber alcanzado el "techo" de Ansó.
Como recompensa y tras una dura jornada y con el deber cumplido, nos "metimos entre pecho y espalda", unas buenas migas y unas costillas,viendo relajadamente la cima que habíamos coronado.
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